miércoles, 30 de noviembre de 2011

The end?

Se terminó. Nunca creí que iba a llegar este momento. EL momento en el que me despido de mi colegio, ese lugar en donde viví gran parte de mi vida, donde conocí a mis amigos, a mi novio, donde crecí, aprendí a leer y escribir, a superarme, a ser solidaria, a jugar a la soga y al elástico, donde me encontré con gente increíble y otra no tanto, donde viví las mejores (y puede que las peores) experiencias, donde tomé la comunión, me confirme, y fui a infinitas misas y actos, donde viaje y conocí lugares hermosos.
En este momento, no le podría estar más agradecida a todas y cada una de las personas que se cruzaron conmigo en este camino de casi 13 años, profesores, compañeros, amigos, preceptores, hermanos, curas, TODOS, los que todavía están y los que se fueron, los que quise y los que no... porque yo creo que ellos me hicieron lo que soy hoy y me enseñaron, a su manera, algo único e importantísimo.
Me acuerdo de todo lo malo y me chupa un huevo, lo bueno le pasa el trapo de una manera increíble.Cómo los voy a extrañar la puta madre... Quiero escribir y recordar tantas cosas a la vez que no me da la cabeza ni me alcanzan las palabras para plasmar acá tantos años, prácticamente toda mi vida y siento que esta entrada va a ser una cagada porque no expresa ni un cuarto de todo lo que siento, de todo lo que me pasa por la cabeza y especialmente por el corazón.
Es muy contradictorio, me moría por terminar porque estaba agotada de estudiar pero por otro lado, quería que durara para siempre (no solo porque se que me van a romper todo por mil el año que viene). Entonces, hoy, después de la última integradora me fui contenta a casa (antes termine con las compras para la graduación) me cambié y me fui a lo de un amigo. No había caído hasta que en el bondi me puse a pensar en cómo pasa el tiempo y se me llenaron los ojos de lágrimas (no lo podía creer, nunca me emociono por nada). Aunque a algunos les pueda parecer estúpido, exagerado o lo que sea, para mí es fuerte porque me acordaba del primer día de clases y me parecía que hubiera sido ayer, o sea, ¿cómo puede volar tan rápido el tiempo?
Todavía queda la noche de graduación y entrega de diplomas, la convivencia de mañana... pero nunca más voy a estar en un aula con mis amigos cerca de mí, riéndonos en clase, en los recreos, en gimnasia, este año le dije adiós a esos viajes y campamentos tan geniales, a mis profesores de toda la vida, a mi banco escrito y mugriento, al buffet, al patio, es que son tantas cosas que me cuesta horrores dejarlo ir... creo que todavía no caigo. Que envidia que me dan los que siguen ahí!
No se que más decir, no se con que palabras puedo describir todo lo que significó y las huellas que dejó en mi el paso por el San José. Simplemente GRACIAS. No quiero ni pensar en lo que los voy a extrañar. Siempre conmigo. Julieta.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario